Que es, para qué sirve, que consecuencias tiene, como se percibe socialmente.
Documentación sobre el tema
1.- Tomado de [1], unas páginas para centrar el tema[1], escritas por un científico.
2.- Tomado de [2], el capítulo sobre el método científico. Aquí se entra en más detalle sobre algunos aspectos como la consideración del principio de autoridad, la importancia de objetivar la observación (tomar notas) y otros aspectos que deberían estar considerados en cualquier “método científico” operativo que se quiera construir.
3.- Artículo de “Mundo Científico” de Mayo de 1999. Al hilo de la pregunta del título “¿Progresa indefinidamente la ciencia?” se analizan, aunque sea brevemente, muchos aspectos de la actividad científica actual y pasada.
4.- Unas breves notas mías en las que intentaba presentar una síntesis personal entre la percepción de la actividad científica por los científicos y por personas ajenas a esta actividad.
(los números entre corchetes corresponden a la bibliografía comentada, que de momento está en el aulario virtual, así como los textos propiamente dichos, en pdf)
Comentarios
El primer objetivo que se persigue en este tema es que los estudiantes tomen conciencia de que, en realidad, se están iniciando como “científicos”. Esta palabra resulta demasiado rotunda a menudo y se esconde detrás de “investigación”, “investigador” o algo similar. Alguna vez, y mejor al principio, hay que darse cuenta de esta falacia y plantearse claramente la cuestión.
Si no se reflexiona más, científico se asocia con “físico” (como mucho biólogo) o con alguno de los aspectos más “duros” y especulativos de la actividad científica. Es fácil chocar con todos estos estereotipos y no identificarse con ellos incluso cuando se ha estudiado alguna de estas disciplinas “duras”. Tanto más si lo que se ha cursado es alguna ingeniería, dado que el estereotipo de estas disciplinas pretende alejarse de la “ciencia especulativa” tanto como sea posible.
Una vez asumido (siquiera sea formalmente) el papel de “aprendiz de científico”[2], el siguiente paso es reflexionar un poco sobre lo que es y lo que significa esa actividad. Con este fin se proponen varias lecturas (las incluidas en la documentación sobre el tema).
La primera ofrece una aproximación operativa, basada en las experiencias de una persona que de verdad practica la actividad científica. En ella se ofrecen pistas y guías de actuación sin pretender formalizaciones sofisticadas, ni partiendo de un esquema teórico prefijado. La segunda lectura pretende una cierta formalización del método científico. No tanto una formalización filosófica como el análisis de algunos de los elementos que hay que considerar. También aquí se pueden encontrar “recetas” prácticas de actuación.
La tercera lectura proporciona, de una forma muy condensada, una serie de pinceladas sobre el estado actual de la ciencia: ¿Progresa indefinidamente? ¿Está próxima a su final? ¿Cómo está evolucionando la práctica de esta actividad? ¿Cómo se relaciona con el resto de actividades sociales? ¿Qué “amenazas” padece? ¿Cuáles son sus pilares básicos y principales fortalezas?
Se pretende que se puedan diferenciar dos aspectos distintos de la reflexión sobre lo que es la ciencia. Por una parte está la práctica diaria, la cotidianeidad del laboratorio, ajena a planteamientos elaborados, implicaciones profundas... en resumen cómo se trabaja y se trabaja bien. Por otro lado está la reflexión más seria, filosófica, que se hace necesariamente desde un cierto distanciamiento de la actividad diaria. Estas reflexiones son importantes, pero lo son más para la formación de la persona que para su éxito profesional. Con el fin de cubrir el primer aspecto se incluyen las dos primeras lecturas recomendadas, y se discutirán en clase. El segundo aspecto se ha pretendido cubrir brevemente con la lectura tercera. En su caso, las ideas que presenten deben verse como un breve atisbo de lo que se puede elaborar sobre esta cuestión, como una somera introducción. Aunque a muchas personas les pueden parecer extraños estos planteamientos, si en algún momento hay que defender (diferenciar) la actividad propia frente a otras actividades (la astrología por poner un sólo ejemplo) todas estas ideas resultan vitales para poder establecer fronteras más o menos definidas. No deben entenderse estos comentarios como una justificación, sino como una llamada a una reflexión que tarde o temprano se revelará valiosa (si no lo es ya).
La percepción social de la ciencia ha variado mucho desde principios de siglo hasta ahora. En la tercera lectura se encuentran algunas causas de este hecho. Sin embargo, la seguridad de un científico actual en su campo (pequeñísimo, por otra parte) es inmensa, y creo que justificadamente. En realidad creo que ambas percepciones están plenamente justificadas. Sobre esta aparente contradicción, y la explicación de porqué no creo que sea más que aparente, se incluyen en unas brevísimas notas al final.
2.- Tomado de [2], el capítulo sobre el método científico. Aquí se entra en más detalle sobre algunos aspectos como la consideración del principio de autoridad, la importancia de objetivar la observación (tomar notas) y otros aspectos que deberían estar considerados en cualquier “método científico” operativo que se quiera construir.
3.- Artículo de “Mundo Científico” de Mayo de 1999. Al hilo de la pregunta del título “¿Progresa indefinidamente la ciencia?” se analizan, aunque sea brevemente, muchos aspectos de la actividad científica actual y pasada.
4.- Unas breves notas mías en las que intentaba presentar una síntesis personal entre la percepción de la actividad científica por los científicos y por personas ajenas a esta actividad.
(los números entre corchetes corresponden a la bibliografía comentada, que de momento está en el aulario virtual, así como los textos propiamente dichos, en pdf)
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El primer objetivo que se persigue en este tema es que los estudiantes tomen conciencia de que, en realidad, se están iniciando como “científicos”. Esta palabra resulta demasiado rotunda a menudo y se esconde detrás de “investigación”, “investigador” o algo similar. Alguna vez, y mejor al principio, hay que darse cuenta de esta falacia y plantearse claramente la cuestión.
Si no se reflexiona más, científico se asocia con “físico” (como mucho biólogo) o con alguno de los aspectos más “duros” y especulativos de la actividad científica. Es fácil chocar con todos estos estereotipos y no identificarse con ellos incluso cuando se ha estudiado alguna de estas disciplinas “duras”. Tanto más si lo que se ha cursado es alguna ingeniería, dado que el estereotipo de estas disciplinas pretende alejarse de la “ciencia especulativa” tanto como sea posible.
Una vez asumido (siquiera sea formalmente) el papel de “aprendiz de científico”[2], el siguiente paso es reflexionar un poco sobre lo que es y lo que significa esa actividad. Con este fin se proponen varias lecturas (las incluidas en la documentación sobre el tema).
La primera ofrece una aproximación operativa, basada en las experiencias de una persona que de verdad practica la actividad científica. En ella se ofrecen pistas y guías de actuación sin pretender formalizaciones sofisticadas, ni partiendo de un esquema teórico prefijado. La segunda lectura pretende una cierta formalización del método científico. No tanto una formalización filosófica como el análisis de algunos de los elementos que hay que considerar. También aquí se pueden encontrar “recetas” prácticas de actuación.
La tercera lectura proporciona, de una forma muy condensada, una serie de pinceladas sobre el estado actual de la ciencia: ¿Progresa indefinidamente? ¿Está próxima a su final? ¿Cómo está evolucionando la práctica de esta actividad? ¿Cómo se relaciona con el resto de actividades sociales? ¿Qué “amenazas” padece? ¿Cuáles son sus pilares básicos y principales fortalezas?
Se pretende que se puedan diferenciar dos aspectos distintos de la reflexión sobre lo que es la ciencia. Por una parte está la práctica diaria, la cotidianeidad del laboratorio, ajena a planteamientos elaborados, implicaciones profundas... en resumen cómo se trabaja y se trabaja bien. Por otro lado está la reflexión más seria, filosófica, que se hace necesariamente desde un cierto distanciamiento de la actividad diaria. Estas reflexiones son importantes, pero lo son más para la formación de la persona que para su éxito profesional. Con el fin de cubrir el primer aspecto se incluyen las dos primeras lecturas recomendadas, y se discutirán en clase. El segundo aspecto se ha pretendido cubrir brevemente con la lectura tercera. En su caso, las ideas que presenten deben verse como un breve atisbo de lo que se puede elaborar sobre esta cuestión, como una somera introducción. Aunque a muchas personas les pueden parecer extraños estos planteamientos, si en algún momento hay que defender (diferenciar) la actividad propia frente a otras actividades (la astrología por poner un sólo ejemplo) todas estas ideas resultan vitales para poder establecer fronteras más o menos definidas. No deben entenderse estos comentarios como una justificación, sino como una llamada a una reflexión que tarde o temprano se revelará valiosa (si no lo es ya).
La percepción social de la ciencia ha variado mucho desde principios de siglo hasta ahora. En la tercera lectura se encuentran algunas causas de este hecho. Sin embargo, la seguridad de un científico actual en su campo (pequeñísimo, por otra parte) es inmensa, y creo que justificadamente. En realidad creo que ambas percepciones están plenamente justificadas. Sobre esta aparente contradicción, y la explicación de porqué no creo que sea más que aparente, se incluyen en unas brevísimas notas al final.
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